viernes, 1 de abril de 2011

“PH del suelo”

Nombres:  
Brando Eduardo Rosales Piñon
Ariahay Clorio Muciño
David Alejandro Ramirez-Bohorquez  Sánchez
Samantha Cervantes Macazaga
Mariana Danis
Leonardo Yael Medellin Bautista

Objetivo: Determinar el  PH del suelo por medio de pruebas químicas.

Hipótesis: Si de una muestra de suelo se obtiene que el suelo no es muy acido ni tan básico, Entonces se podrá cultivar el fruto deseado.

Introducción: El PH del suelo es lo que hace posible medir la alcalinidad o la acidez y es bastante importante conocer las diferentes medidas o los diferentes pH a la hora de realizar cultivos.

Conocer el PH del suelo es imprescindible para obtener las mejores plantaciones en los mejores suelos.
Las mediciones del PH del suelo arrojan resultados numéricos. El gráfico es bastante ilustrativo y nos permite ver las diferentes numeraciones o mediciones del pH del suelo según su acidez o su alcalinidad así como discernir si éstas son muy fuertes, menos fuertes, muy débiles, menos débiles o normales.
Un suelo es considerado alcalino si su pH es superior a 7.0 y es considerado ácido si el pH es inferior. Un pH de 7.0 define un suelo neutro. Por el contrario, si el pH del suelo es inferior a 7.0 es un suelo con acidez, cuanto menor sea el número mayor será la acidez de ese suelo.

El pH del suelo aporta una información de suma importancia en diversos ámbitos de la edafología.
Uno de la más importante deriva del hecho de que las plantas tan solo pueden absorber los minerales disueltos en el agua, mientras que la variación del pH modifica el grado de solubilidad de los minerales.

 Por ejemplo, el aluminio y el manganeso son más solubles en el agua edáfica a un pH bajo, y cuando tal hecho ocurre, pueden ser absorbidos por las raíces, siendo tóxicos a ciertas concentraciones.
Por el contrario, determinadas sales minerales que son esenciales para el desarrollo de las plantas, tal como el fosfato de calcio, son menos solubles a un pH alto, lo que tiene como resultado que bajo tales condiciones sean menos disponibles con vistas a ser absorbidos y nutrir las plantas.

Obviamente en la naturaleza, existen especies vegetales adaptadas a ambientes extremadamente ácidos y básicos.
Empero las producciones agropecuarias suelen basarse en cultivares que soportan ambientes iónicos de las soluciones del suelo menos extremos. En la práctica, resulta infrecuente encontrar suelos con pH inferiores a 3,5 o superiores a 10.

 Material:
  4 Vasos de precipitados de 300 ml.
  1 Soporte universal
  Papel filtro
  Probeta graduada de 10 ml
  Gotero de vidrio
  Tiritas indicadoras


Sustancias:
  Agua destilada (H2O)
   5 gr. De suelo
   Acido clorhídrico (HCL)
  Hidróxido de sodio (NAOH)
   Indicador universal


Procedimiento:

Con el papel filtra hay que formar una especie de “cucurucho”  esto lo vamos a hacer doblando el papel haciendo que 2 esquinas opuestas se junten, ya hecho esto se formara un triangulo y lo doblaremos a la mitad.

El cucuruño lo pondremos en el anillo de hierro montado en el soporte universal, de tal manera que debajo del cucurucho haya un vaso de precipitados captando el agua que gotee.

Abriremos el cucurucho y añadiremos 5 gr de suelo, a continuación agregaremos 25 ml de agua destilada (H2O).

Esperaremos alrededor de 1 minuto en lo que se filtra el agua para que caiga en el vaso de precipitados, a continuación agregaremos 3 ml. De agua destilada en otro vaso de precipitados, en otro 3 ml. De acido clorhídrico, y en el ultimo 3 ml. De hidróxido de sodio.

Teniendo los 4 vasos con una sustancia diferente, humedeceremos una tira indicadora para cada una de las sustancias y compararemos los colores del resultado para ver que tan básicas o que tan acidas son las sustancias.

 Al término de esto agregar 2 gotas de indicador universal a cada vaso y observar lo que pasa, sacar conclusiones y anotarlas.





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